Carta a nuestros mayores con motivo del Día de los Abuelos. Festividad de San Joaquín y Santa Ana.
Querido amigo/a,
Un año más celebramos la festividad de San Joaquín y Santa Ana. Estoy seguro que alguno de ustedes celebra hoy su onomástica, y les felicitamos también por ello. Pero el motivo principal de esta carta es felicitarles a todos en su día, el Día de los Abuelos.
Llevamos dos años muy difíciles. La incertidumbre, el dolor, la soledad, el ver cara a cara la muerte, han sido crueles aliados de vuestra vida. Cada día se hacía eterno, cada síntoma parecía un drama, y cada persona que se acercaba a vosotros, protegido de cabeza a pies, diagnosticaba que la situación era seria. Queremos que sientan que no han estado solos.
Nuestros profesionales han dado un ejemplo de virtud heroica que jamás podremos olvidar, y desde luego que nunca podremos agradecer como conviene. Ellos han querido estar a su lado, han querido ser su mano amiga y tener una palabra de ánimo; los que estábamos lejos hemos rezado a diario por todos los que estaban malitos, y por los que, aun estando sanos, vivíais con preocupación lo que pasaba a vuestro alrededor. La unidad, y la conexión entre personas, la solidaridad espiritual y personal es lo que hace que la soledad sea menor y que los miedos se puedan afrontar con la fortaleza debida.
Todos ustedes son un ejemplo para las demás generaciones, jóvenes y menos jóvenes. Hoy, y al menos una vez al año, tenemos que tener la dignidad de darles las gracias y admirarles por su vida entregada, por los sacrificios realizados, por tanto bien como han podido realizar y siguen realizando, por haber sido capaces de redirigir sus vidas cuando ha sido preciso, por adaptarse a las nuevas circunstancias cuando los años han ido pasando y los nuevos escenarios nos han venido sobrevenidos.
Son un motivo de orgullo para todos nosotros y esperamos poder atenderlos como bien se merecen: con toda dignidad, justicia, cariño, cercanía y profesionalidad. Disculpen cuando no logremos hacerlo como esperan o desean, dígannos las cosas para poder mejorarlas, en las manos de todos está el poder hacerlo y nuestro firme compromiso es devolverles solo una parte (todo sería imposible) de lo mucho que cada día nos regalan.
Tenemos mucho que aprender de ustedes y por lo que dejarnos sorprender. Con las limitaciones de cada ser humano ustedes son regalos que la vida ha cruzado en nuestro camino para poder abrirlos, admirarlos, quererlos y cuidarlos de por vida.
Un abrazo sincero y agradecido de todos los que integramos la Familia Humanitate.
Con todo afecto,
José Ramón López
Director de operaciones de la Fundación Summa Humanitate